Sevilla no tiene playa. Solo algunos valientes se atreven a bañarse en las templadas y verdosas aguas del Guadalquivir cuando aprieta el calor del verano.
Cierto día de verano . Tomé un autocar para pasar el día tostándome al sol, vestía de blanco (como casi siempre), unas sandalias con tiritas de piel marrón unas medias transparentes a media pierna y unos encajes negros por debajo. ;)
Es de esas veces que podía sentir las miradas de los sujetos que estaban a mi alrededor, jijiji, me sentía la dueña de la situación, el transporte se iba llenando en cada parada, hasta que en algún momento estaba algo apretado..........
No se como apareció a mi lado un tipo que he de confesar no me desagradadaba, era atractivo y tenía una sonrisa pícara, él me miraba y yo disimulaba, entonces al tomar una curva perdí el apoyo de un asiento y acabé rozándole para no caerme, agradecí por una vez que el conductor condujera como un loco, fue entonces cuando él se comenzó a acercar un poco más, hasta que mi mano y donde debía esconderse su pene se encontraron por “accidente” entonces sentí en el dorso de la mano como la tenia de dura, se me inyectó la cara de sangre, me ruboricé y no podía mirarlo, pero entonces moví mi mano de manera que como quién no quiere la cosa acariciaba muy discretamente lo que tenia muy cerca, su polla cada vez se iba poniendo más y más grande, me mordí tanto mi labio que casi me sangra y me costaba respirar, la verdad es que me imaginaba su tranca y quería sacársela y frotarla contra mi trasero el cual vestía una tanga, quería tenerla.
El sujeto solo me miraba con rostro de querer desnudarme, me excitó mucho notar como respiraba fuerte. Me comenzaba a poner mojada, podía sentir como algo escurría levemente entre mis piernas, me puso muy caliente el simple hecho de pensar en masturbarnos en el transporte rodeados de tanta gente. Total que al bajar del bus giré mi mano y le apreté el enorme bulto que tenia y solo escuché como se quejó de placer cerca de mi oído mientras pasaba frente suyo restregando mi trasero y su falo durísimo.
Adiós me dijo al oido y casi me salió un nooooooooooo de las tripas, el resto del día lo pasé totalmente mojada por el acontecimiento.