El antiencierro cabrón !!!...
Es todo lo contrario. Es haber salido a comprobar quién llamaba con lo puesto, la puerta se cerró detrás de mí, con un buen portazo para hacerme ver que le divertía la situación y yo, desnuda en bragas y descalza en la mitad del pasillo esperando a que alguien llegue con la ansiada llave, desolada.
Y empiezo a preocuparme, a tiritar, a sentarme en el felpudo de la puerta para no morirme de frío, a rechazar la taza de café que ofrece el vecino caritativo, el que me dejó el abrigo para no pillar una pulmonía, jejejeje seguro que es un préstamo interesado para que pase a devolverselo cuando esté mas tranquila.
Ni siquiera me animo a espiar por la mirilla, no encuentre el fantasma gracioso que me cerró la puerta.
Con lo bien que estaba dentro, ¿quién me mandaba a mi salir en bragas al descansillo? pero me hace pensar en lo cerrada que estoy yo por dentro ....
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